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La leche materna contiene más de 200 moléculas de azúcar diferentes
Si creíamos que no había más nada que pudiera sorprendernos sobre esta “sustancia inteligente” que es la leche materna, las investigaciones sobre su composición continúan asombrándonos en cuanto a sus enormes beneficios. Y eso que aún no los conocemos todos.
Una revisión de estudios realizada por expertos del Instituto de Fisiología de la Universidad de Zurich (Suiza) ha hallado que contiene más de 200 moléculas de azúcar diferentes, siendo la leche más compleja del mundo animal, muy por encima de las 30-50 que se encuentran, por ejemplo, en la leche de ratón o en la de vaca.
Este “superalimento” no tiene rival desde el punto de vista de su composición biológica. Ni leches artificiales ni leches de otros mamíferos la igualan.
Además, el papel de cada uno de estos oligosacáridos (azúcares naturales) tiene una función diferente en el organismo del bebé y varía durante el período de lactancia para construir, como si pusiéramos ladrillos, el sistema inmune del bebé.
Los bebés nacen libres de bacterias intestinales, que les servirán para protegerles de enfermedades, pero a los pocos de vida ya los han colonizado millones y, a la semana, billones. La leche materna promueve la proliferación de bacterias buenas en el intestino del bebé.
Los primeros días está repleta de azúcares, proteínas, vitaminas y células con función inmune, un cóctel adaptado a las necesidades del recién nacido. Conforme pasa el tiempo, moléculas como la inmonoglobulina A (IgA) y los oligosacáridos protegen de las infecciones gastrointestinales y favorecen el desarrollo de la microbiota.
Tras el nacimiento es rica en anticuerpos y moléculas que frenan la proliferación de bacterias perjudiciales y coordinan la actividad de los glóbulos blancos. Un mes después, cuando el bebé comienza a desarrollar un sistema inmune adaptativo por sí mismo, disminuye considerablemente la cantidad de anticuerpos maternos presentes en la leche y también la diversidad de azúcares y, en su lugar, se incrementa la cantidad de grasas y otros nutrientes que contribuyen al crecimiento infantil.
Sabemos más de la composición de la leche materna estudiada en los últimos años. Entre otras cosas, que contiene biomoléculas que combaten la inflamación, así como componentes naturales que aumentan la memoria y una hormona clave para regular el metabolismo del bebé.