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Beneficios de tomar probióticos

Siempre hay un exceso de comida durante las semanas de las fiestas navideñas…llega el momento de cuidarnos.

Tomar probióticos debería ser importante siempre que hayas dejado empobrecido el colon de bacterias buenas (las personas que toman muchos laxantes, antibióticos, stress, mala alimentación, sistema inmunológico bajo, etc) Pero en realidad lo deberíamos tomar todas las personas de vez en cuando ya que no tiene contraindicaciones y si beneficios.
Tras los excesos nuestro cuerpo está ralentizado por la sobrecarga y los probióticos son de gran ayuda en estos casos ya que al aumentar el sistema inmunológico nos recuperamos antes y prevenimos posibles efectos secundarios como fatiga, dolor de cabeza, estreñimiento, gases, carencia de nutrientes, etc.

Probiótico en griego significa “a favor de la vida”, cada vez es más normal escuchar a muchas personas que los toman de forma habitual cada cierto tiempo pero ¿sabes para qué?.

 

1.Colabora para digerir ciertos alimentos en el estómago o intestino delgado (facilita el proceso de la digestión).

2.Equilibra el metabolismo energético

3. Produce vitaminas como la K y la B.

4. Es un escudo para nuestras defensas ya que lucha contra microorganismos patógenos evitando posibles agresiones del sistema digestivo y por ende mantiene el sistema inmunitario fuerte.

 

¿Qué nos pasa cuando tenemos mal la tripa?

Así es como se dice de forma coloquial, bien sea por que venga ocasionado por una mala alimentación, por stress, por tomar antibióticos, etc.

Si sufrimos estreñimiento por la falta de nutrientes a veces recurrimos a un laxante, el mecanismo de acción de un laxante es aumentar el agua haciendo que se produzca un escape de las heces, todo esto provoca que la flora bacteriana que nos protege también se barra y quede el intestino desprotegido.

Si sufrimos diarrea: ocurre algo similar, el exceso de deposiciones nos implica una pérdida de bacterias buenas y que igualmente la flora bacteriana se vea mermada.

Si sufrimos disbiosis ( es el no aprovechamiento de los nutrientes correctamente por la permeabilidad del intestino): Se produce una inflamación de la mucosa del intestino, no absorbiendo adecuadamente los nutrientes que necesita nuestro organismo para el buen funcionamiento y esto es reflejado como un cansancio general en el cuerpo, inflamación intestinal (gases) pudiendo llegar a crear algún tipo de alergia alimentaria y no olvidemos que tendríamos un mal aprovechamiento de nutrientes que necesitamos para las funciones normales en el cuerpo  (carencias).
La  Sociedad Española de Prebióticos y Probióticos concluye que mejoran la calidad de vida de las personas en general ya que como nos recuerda, en el intestino tenemos como entre el 70-80% de nuestro sistema inmunológico .

¿Son todos los probióticos iguales?  Existen muchos tipos en el mercado pero hay uno de ellos que va con Lactoferrina (son las inmunoglobulinas o coloquialmente llamado las defensas o calostros que las madres dan a sus bebes como sistema de defensas natural) lo que le hace aún mejor.
También es importante que sea una capsula capaz de pasar por los jugos gástricos para que llegue a colonizar, es decir, llegar al colon y aumentar las bacterias buenas para hacer frente a posibles infecciones (escudo de defensa) y que crezcan las bacterias beneficiosas en el intestino.

¿Cuánto tiempo y cómo debemos tomarlos?

Podemos tomarlos una temporada de entre 1 o 2 meses según la persona y sus defensas. La ingesta es mejor por la mañana en ayunas y dejar mínimo entre media hora y 1 hora para que sea más efectivo. Si lo tomas en cápsulas será más cómodo y mejor con agua para tener el tracto digestivo más vacío y que sea más efectivo.
No olvides que siempre debemos cuidarnos con frutas y verduras, y más cuando estamos tomando los probióticos. Como consejo tras las navidades, puedes incluir los zumos naturales y caldos de verduras que favorecen la eliminación de toxinas en general y así estarás poniendo todo de tu parte para cuidar tu intestino y la flora bacteriana.

Susana Castañeda

Naturópata, Experta en Autocuidado, RRPP Naturlíder

 

Fuentes: http://www.runners.es/woman-noticias/nutricion-y-salud/articulo/para-que-nos-sirven-los-probioticos

Probióticos: A la defensa del organismo

Son múltiples los beneficios que tienen los alimentos probióticos ya que, al estimular el sistema inmune, fortalecen las defensas del organismo. ¿Dónde los puedes encontrar? Principalmente en la sección de lácteos refrigerados.

¿Te has preguntado alguna vez qué contienen esas botellitas que se venden en la sección de productos lácteos de supermercados a los que la publicidad atribuye tantos beneficios? Se trata de las bebidas probióticas, un alimento formulado en base a microorganismos vivos seleccionados, fundamentalmente bacterias (lactobacilos o bifidobacterias), que se adicionan para contribuir a estimular las defensas del organismo.
Estas bacterias que vienen “incluidas” en estos productos, tienen ciertas características particulares, como existir naturalmente en la flora microbiana intestinal, permanecer vivas durante el tránsito por el intestino delgado y colon, tener buena capacidad de adherencia al epitelio intestinal y no ser patógenas.
¿Cómo actúan? Según explica la doctora Ada Cuevas, nutrióloga de Clínica Las Condes, la flora intestinal humana está compuesta por distintas bacterias “buenas”, que cohabitan en su debida proporción, de manera que exista un cierto equilibrio. Los probióticos son un verdadero ecosistema que ayuda a mantener este adecuado equilibrio colonizando el tubo digestivo, por lo que mejoran las defensas contra otros microorganismos, colaboran en la digestión de los alimentos y disminuyen la sintomatología alérgica, por nombrar sólo algunos beneficios.
“Si bien existen probióticos en condiciones naturales, como en la leche, yogurt, quesos, aceitunas, soya, cereales y otros, la concentración de ellos es baja y no se logra conseguir un efecto clínico relevante. Por eso se han desarrollado preparados farmacológicos (en forma de cápsulas, por ejemplo) y alimenticios (bebidas lácteas probióticas)”, agrega.
Es que los productos lácteos constituyen un excelente vehículo para los probióticos, ya que los protegen de los elevados niveles de ácido de nuestro estómago y de la concentración de bilis del intestino, que pueden dañar o eliminar a muchos de los probióticos que ingerimos. Es decir, consumir probióticos en lácteos aumenta la posibilidad de que las bacterias beneficiosas sobrevivan a su paso por el intestino.

Contra diarreas, colon irritable y otros

Los malos hábitos alimenticios, el estrés, el consumo de antibióticos y las inmunodeficiencias transitorias o crónicas, entre otros, son factores que afectan directamente a la flora intestinal. Los alimentos probióticos, además de estabilizarla, también son capaces de estimular la producción de anticuerpos y reforzar el sistema inmune.
Así, hay estudios que demuestran la eficacia de estos componentes en la prevención y disminución en el tiempo de diarreas agudas en adultos y niños y aquellas asociadas a antibióticos o rotavirus.
También hay estudios que sugieren que estos microorganismos ayudan a combatir el síndrome de colon irritable, estreñimiento, enfermedad de Crohn, desórdenes inmunológicos, gripe, además de la reducción del riesgo de cáncer de colon. En forma adicional, los probióticos han demostrado efectos beneficiosos en la intolerancia a la lactosa, en la mejora de absorción de calcio y en la reducción de la extensión y síntomas de la alergia alimentaria, entre otras. “Se están estudiando otros posibles beneficios, por ejemplo, en pacientes con hígado graso, enfermedad metabólica e incluso obesidad”, agrega la doctora Cuevas.
En general se recomiendan a personas con la inmunidad deprimida pero, a juicio de la especialista, el ideal es consumirlos bajo supervisión médica para pesquisar el origen del problema y descartar que no haya algo más de fondo. Esta indicación es indispensable para los inmunocomprometidos severos (como quienes tienen leucopenia grave o están recibiendo quimioterapia).

Probióticos y alergias

En el ámbito de las alergias, cada vez más frecuentes en Chile y el mundo en general, los probióticos juegan un rol determinante. Es que una de las formas de prevenirlas es con el fortalecimiento del sistema inmunológico, lo que se puede lograr a través de una buena nutrición y del uso de estos.

“En algunos casos se ha demostrado que el consumo de alimentos probióticos ha producido una disminución de los síntomas de dermatitis atópica y han sido capaces de retrasar su aparición, incluso por varios años. Sin embargo, no hay que olvidar que siempre es necesario consultar a un especialista respecto de los tratamientos y la prevención”.

Beneficios de los probioticos

  • Estabilizan la flora intestinal.
  • Estimulan las defensas del organismo.
  • Ayudan a combatir los síntomas de la enfermedad de Crohn y el colon irritable.
  • Contribuyen a evitar el estreñimiento.
  • Disminuyen el tiempo de duración de la diarrea aguda por rotavirus.
  • Reducen el tiempo y los síntomas de alergia alimentaria.
  • Disminuyen los síntomas posteriores al consumo de lactosa (como diarrea y dolor abdominal) en personas que tengan intolerancia a este compuesto de la leche.
  • Reducen la diarrea por antibióticos, que alteran el equilibrio de la flora intestinal, la que es restaurada gracias a los probióticos.
  • Reducen la diarrea del viajero, provocada por comer alimentos contaminados.
  • Permite reducir la dermatitis atópica en lactantes alérgicos.

 

Prebióticos v/s probióticos

Muchas veces los hemos oído nombrar por separado, pero es probable que no conozcamos sus diferencias…
Los alimentos probióticos son aquellos en los que existen bacterias que ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico, las cuales “sobreviven” a la digestión y llegan vivas al colon, ayudando a restituir la flora intestinal que pueda haber sido alterada por alguna causa. Este tipo de alimentos son, por ejemplo, las bebidas lácteas o los yogurts.
Los alimentos prebióticos estimulan el crecimiento de las bacterias beneficiosas en el colon. A diferencia de las bacterias vivas de los probióticos, los prebióticos son sustancias sin vida, que complementan energéticamente a las bacterias beneficiosas. Estas sustancias son añadidas a algunos alimentos (sobre todo cereales y harinas) para fomentar el desarrollo selectivo de nuestra flora intestinal.
Un alimento prebiótico sirve para potenciar otro probiótico; es decir, son complementarios.

¿Cuál elegir?

Para obtener todos los beneficios de estos preparados, lo ideal es consumir un producto que contenga 10 elevado a 7 bacterias vivas por centímetro cúbico. ¿Cómo saberlo? Leyendo con detención las especificaciones de las etiquetas.

 

Fuente: https://www.clinicalascondes.cl/NOTICIAS/Probioticos–A-la-defensa-del-organismo

HIDRATACIÓN Y CONSUMO DE PROBIÓTICOS REDUCEN SÍNTOMAS

Dieta baja en magnesio se asocia a la ansiedad

La ansiedad puede afectar diversos aspectos de la vida cotidiana, siendo uno de ellos es la alimentación, que puede sufrir muchas modificaciones que son poco saludables y que finalmente pueden contribuir a generar aún más ansiedad.
El círculo vicioso que se produce entre la ansiedad y alimentarse de forma incorrecta puede ser modificado haciendo pequeños cambios en los hábitos, como eligiendo productos que contribuyen a mejorar el estado anímico, hidratándose de forma correcta y comiendo en los horarios correspondientes.
Según explica María Fernanda Jara, nutricionista de Daily Foods, no sólo con estos cambios se puede satisfacer la ansiedad, sino que es importante tener horarios establecidos para cada comida y no dejar pasar las colaciones. «No sólo nuestra alimentación puede afectar nuestro ánimo sino que también cuando comemos durante el día. Saltarse comidas puede aumentar la sensación de ansiedad», afirma.
Ante la interrogante sobre qué debe comer alguien que pasa por un periodo ansioso, Jara especifica que los ácidos grasos, omega 3 y probióticos son muy buenas alternativas. «El omega 3 funciona mucho porque es muy importante para el funcionamiento del cerebro. Los probióticos ayudan a producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina», menciona.
Asimismo, la especialista también entrega como consejo el consumo de agua y de magnesio. «La deshidratación leve puede afectar nuestro ánimo, por lo tanto es relevante tomar agua. La dieta baja en magnesio se asocia a un comportamiento ansioso», añade.
De igual forma, la nutricionista también recomienda el consumo de vitamina B, té de hierbas, antioxidantes y triptófano (aminoácido) para síntomas de ansiedad.

 

Fuente: http://www.elsur.cl/impresa/2018/02/13/full/cuerpo-principal/16/

Rodrigo Hurtado, inmunólogo: El intestino enfermo

Asma, artritis, formas de autismo, obesidad, déficit atencional, alergias, cáncer del colon, diabetes, dermatitis. Las enfermedades de hoy podrían tener la misma causa: un desbalance de las bacterias intestinales que se produce, mayormente, por lo que comemos. ¿Tan radical es la alimentación en la salud? Rodrigo Hurtado, uno de los primeros inmunólogos chilenos, no tiene duda de ello. Con más de 50 años de ejercicio en Estados Unidos, el especialista reflexiona sobre el precio que está pagando la sociedad por el confort de lo inmediato.

Nueve de la mañana y Rodrigo Hurtado (77) ya salió a caminar por el barrio, leyó noticias, respondió correos, rastreó un paper de inmunología en internet y preparó el desayuno: mango, melón, palta, queso de cabra, pan, café de grano. Se levantó, como lo ha hecho desde que era joven, con la luz del sol y hoy está en su departamento de Santiago, al que viene cuatro veces al año para ver a su hija y a sus nietos. El resto del tiempo lo pasa en Washington D.C. Allá ejerce como académico de la Escuela de Medicina en la Universidad de Georgetown y como inmunólogo en su clínica privada. Pero solo por tres días a la semana, porque –a pesar de lo activo que es– se está retirando. “Ya estoy viejo, tengo que dejar de trabajar en algún momento”, dice.

Hurtado fue uno de los primeros inmunólogos de Chile. Se recibió en 1964, cuando había pocos médicos que trabajaban en esta área: cinco o seis en Santiago, uno en Valparaíso, otro en Concepción, y pare de contar. En esos años, se fue becado a Estados Unidos y se fue quedando. Allá se hizo famoso en el ámbito médico por uno de sus primeros trabajos, en el que descubrió que las amígdalas tenían una importante función inmune y que no era conveniente sacarlas. Con el tiempo su investigación y ejercicio fueron volcándose a lo que hoy es considerado un órgano más en el cuerpo humano: la macrobiota, un sistema de bacterias que interactúan en la flora intestinal. “Creo que la inmunología ni siquiera es una especialidad, sino un lenguaje del cuerpo. El día de mañana, quien no lo entienda, no sabrá mucho de medicina. Porque, finalmente, la mayoría de las enfermedades tienen un componente inmunológico e inflamatorio y muchas parten en el mismo lugar: el intestino”.

¿Por qué este órgano es tan importante para la salud humana?

Porque ahí está alojado el 70% de las células inmunes del cuerpo. Y estas células, que son las encargadas de que el cuerpo reaccione y responda al medio ambiente, se comunican directamente con las bacterias –o macrobiota– que están alojadas en el intestino. Estas bacterias son de suma importancia, y hay que cuidarlas para que puedan comunicarse de manera sana con el sistema inmune.

¿Cómo se pueden cuidar estas bacterias?
Sobre todo a través de la alimentación. Primero, evitando el exceso de azúcar refinado, que está presente en la gran mayoría de productos procesados con otros nombres, como el jarabe de maíz, por ejemplo. Hay que pensar que el azúcar no refinado se compone de seis moléculas, mientras que la blanca solo de una. Eso implica un cambio brutal en la composición del alimento que termina por dañar la salud.

¿Por qué el azúcar refinado es tan dañino?
Entre otras cosas, porque es el principal alimento de un hongo que se puede establecer en el intestino, llamado cándida. Este hongo o levadura puede multiplicarse y terminar colonizándolo y, con ello, generar un desbalance serio en la macrobiota, con síntomas muy inespecíficos que no siempre responden a un solo diagnóstico: desde la falta de ánimo y de energía, hasta dolores musculares que la gente no se explica. La falta de equilibrio en la macrobiota es de tal importancia, que puede terminar causando obesidad, asma, artritis, déficit atencional, alergia. Incluso formas de autismo o cáncer del colon.

“En mi vida profesional me ha tocado ver enfermedades autoinmunes como lupus, causada por sacarina, trastornos autísticos por colorantes artificiales, cuadros de fatiga crónica por uso prolongado de antibióticos, cuadros dermatológicos severos por gluten y sume y siga”.

Uno pensaría que estas enfermedades son genéticas o tienen que ver con el comportamiento del individuo.
Este tipo de patologías son causadas por una respuesta inmune que tiene que ver con la inflamación, que es gran parte de esta respuesta. Esto quiere decir que hay agentes externos que están entrando al organismo y que están provocando una respuesta inflamatoria. Esos agentes, entre otros, están en los ingredientes que comemos día a día. Porque ya no comemos alimentos, sino ingredientes. Durante estos últimos años y muy marcadamente después de la segunda guerra, la industria alimentaria pasó a ser una verdadera potencia mundial, que representa un porcentaje muy importante de la economía. Allí no solo se produce alimentos. Se crean alimentos, sabores, colores, texturas, se disimulan sabores, etc. Todo esto, como un agregado a un alimento supuestamente natural. Allí entran saborizantes –que imprimen un sabor–, estabilizantes, antioxidantes, colorantes, preservantes. Todos son elementos que tienen una estructura química determinada, que diariamente entran a nuestro sistema. ¿Cómo está reaccionando nuestra flora intestinal cuando, a diario, tragamos saborizantes o colorantes? No lo sabemos. Es un campo en activa investigación.

¿Entonces los saborizantes y preservantes estarían causando estas enfermedades?
Hay más factores, pero sí, son grandes responsables, como también los edulcorantes o aditivos. Todos ellos son agentes extraños que el sistema inmune no reconoce y genera una respuesta inflamatoria, generando una serie de respuestas en cadena. El edulcorante, por ejemplo, engorda más que el azúcar, porque está compuesto por químicos que generan una serie de respuestas metabólicas. Por ejemplo, en la obesidad lo que sucede es que la inflamación que se produce en el intestino apaga una hormona llamada leptina. Y las leptinas te avisan cuando ya estás satisfecho. Si una persona tiene esa señal apagada, puede comer y tardarse muchísimo más en sentirse satisfecho. Puede ser muy peligroso. Es hasta cruel ver cómo niños con obesidad son alimentados con bebidas llenas de edulcorante.

“Creo que el traspaso de información y de la experiencia en la formación de los médicos es muy importante. La experiencia se adquiere y se transmite. Yo soy un convencido de que en la medicina hay que darse tiempo para oír. Porque oír sana. La gente que se siente enferma quiere ser oída”.

¿Hay más factores responsables?
El uso de fertilizantes y pesticidas, antibióticos y hormonas en animales, manipulación genética de semillas, etc. Todos pueden tener efectos adversos en la salud del consumidor. Por eso es tan importante comer, en la medida de lo posible, productos orgánicos. Además, está el uso de antibióticos que se recetan en medicina. En una época anterior fueron de mucha ayuda para las enfermedades infecciosas, pero su uso invariablemente barre con esta flora intestinal tan importante.

¿Hay opciones sanas para endulzar preparaciones?
La miel y el azúcar no tan refinada son buenas alternativas. Sin embargo, un esfuerzo zen para consumir menos dulce y reeducar el gusto, ayuda aún más.

Una persona con enfermedades de este tipo ¿podría disminuir sus síntomas si cambiara su alimentación por completo? ¿Incluso autismo o cáncer de colon?
En el caso del autismo, existen muchas formas y grados. Aunque no se sabe la causa precisa que desencadena el conjunto de síntomas neurosiquiátricos o sicológicos en estudios, sí se ha demostrado la presencia de marcadores que indican fenómenos inflamatorios. En el cáncer de colon o en otras enfermedades malignas, la flora probiótica puede mantener una función inmune más adecuada, que permite identificar el crecimiento de tejidos cancerosos y destruirlos. Es tremendo. En mi vida profesional me ha tocado ver enfermedades autoinmunes como lupus, causada por sacarina, trastornos autísticos por colorantes artificiales, cuadros de fatiga crónica por uso prolongado de antibióticos, cuadros dermatológicos severos por gluten y sume y siga.

Finalmente, es la vida moderna la que nos tiene así.
Sí. Y es difícil dar una receta fija para corregir todo esto. Tiene que ver con el ritmo de vida acelerado, o con la necesidad de trabajar. A veces uno se pregunta si falta tiempo para vivir en forma sana. Evidentemente, parte de la solución sería una potente campaña educativa. Instruir sobre cambios de etiqueteo en alimentos o explicar sobre los azúcares y cuáles de ellas son las peores. Creo que debemos recuperar el tiempo perdido y criar niños más sanos, que tengan conciencia de que hay cosas que les hacen mal. Hay un largo camino que recorrer que debe empezar por aceptar esta realidad.

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¿Por qué están aumentando las alergias alimentarias?
Aunque la lactancia es considerada como un factor protector, se ha visto que cada vez más lactantes padecen alergias alimentarias, especialmente a la proteína de leche de vaca, aunque nunca ellos la hayan consumido directamente. La explicación precisamente tiene que ver con el órgano más importante del sistema inmune: el intestino, ya sea del bebé o de la madre. Aquí, cuatro claves para entender el fenómeno.

1. Tipo de nacimiento: que un niño nazca por parto vaginal o por cesárea, puede marcar la diferencia, por el tipo de bacterias que enfrenta el bebé. Si es por cesárea, el primer contacto es con bacterias cutáneas –por la piel de la madre– y serán ese tipo de bacterias las que colonicen el intestino del bebé. Mientras que si nace por parto vaginal, serán bacterias provenientes de la vía gastrointestinal y reproductiva de la madre.

2. Uso de antibióticos en el embarazo: el uso de este medicamento –especialmente cuando es para afecciones respiratorias– incide en el desbalance de la flora intestinal de la madre: los antibióticos barren con todo tipo de bacterias, sin diferenciar las buenas o las malas. Por ende, durante la lactancia, ella traspasará proteínas y células que traen información genética de desbalance bacteriano, lo que el intestino del lactante asumirá como propio.

3. Uso de aditivos en la alimentación: estos desequilibran la flora microbiota intestinal y afectan los mecanismos de tolerancia hacia alimentos.

4. fenómenos epigenéticos: es decir, que la expresión de un gen se vea alterada por factores ambientales. Eso puede resultar en que el organismo reconozca como peligroso un alimento que no lo es. La tolerancia se desarrolla desde el comienzo de la alimentación y se piensa que incluso desde la vida intrauterina, por eso la alimentación de la madre es tan importante.

Intolerancia al trigo:cada vez más frecuente 
El consumo del gluten es un factor importante en una variedad de condiciones, no solo de la enfermedad celíaca clásica, sino también de la intolerancia al gluten que causa bastante malestar. Estas patologías se han hecho cada vez más frecuentes; un aumento que tiene que ver, primero, con que el diagnóstico es menos complejo que antes –ya no se necesita realizar biopsias intestinales, sino solo marcadores en la sangre–, pero, además, con otros factores: el trigo frecuentemente tiene modificaciones genéticas y, por otra parte, los cambios sustanciales en el equilibrio de la flora intestinal hacen que sea menos digerible.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia al gluten?
Exceso de gas, flatulencia, fatiga muscular, dolores articulares, dolores de cabeza, constipación o diarrea, además de cansancio, debilidad muscular, calambres, dolores de cabeza, trastornos cutáneos como eczema y picazón. En la práctica diaria, me encuentro con personas que expresan ser celíacos o sensibles al gluten por haber mejorado de muchas molestias con una dieta sin gluten. Aunque no se ha confirmado con exámenes de laboratorio, esta afirmación debe ser considerada de gran valor. Especialmente cuando, al reintroducir el gluten, se desencadena una serie de síntomas que habían desaparecido. Al parecer hay otros factores que pueden incidir en esta respuesta al gluten. Uno de ellos podría ser que en la industria del pan se use un exceso de gluten en la elaboración de este, además de harinas enriquecidas. También está el uso de distintas semillas de trigo en esta industria. Muchas semillas, por razones agrícolas, son genéticamente modificadas. Ya no comemos lo que nos da la madre natura y digerir todos estos elementos implica un esfuerzo enorme para el intestino.

 

Fuente: http://www.paula.cl/reportajes-y-entrevistas/rodrigo-hurtado-inmunologo-intestino-enfermo/#

Leche materna: ¿por qué contiene una enorme cantidad de un azúcar que los bebés no pueden digerir?

Al nacer, el ser humano promedio pesa un poco menos de 3,5 kilos y tiene unos 45 centímetros de largo. A partir de ese momento, durante las primeras semanas de vida crecemos más rápido que nunca: casi un centímetro por semana.

Y el único alimento para mantener ese impresionante ritmo de crecimiento es la leche materna, un líquido asombroso que contiene todo lo necesario para el desarrollo de un bebé humano.

Pero además es un fluido caro, pues la madre tiene que descomponer su cuerpo para producirlo. Así como suena: tiene que, por ejemplo, derretir la grasa que tenga almacenada -empezando por la de las caderas y trasero-.

Es por eso que el hecho de que uno de los principales ingredientes de la leche materna sea uno que no puede ser digerido por los humanos es tan extraño.

No es tu impresión: es verdad que crecen muy rápido.
No es tu impresión: es verdad que crecen muy rápido.Getty Images

«¡Mucho más!»

«La leche materna, básicamente, es todo lo que el bebé necesita nutricionalmente… y mucho más», señala Bruce German, del Departamento de Ciencia y Tecnología Alimentaria de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos.

«Está llena de agua, llena de proteínas, llena de grasa, llena de azúcar… Pero lo más sorprendente para nosotros era que tiene una enorme cantidad de oligosacáridos complejos, que son totalmente indigestibles para los bebés».

Pero ¿cómo supieron que el bebé no las puede digerir?

«Medimos los que entraban y medimos los que salían«.

Fue hace más de medio siglo que los científicos descubrieron estas moléculas complejas de azúcar llamadas oligosacáridos, que son completamente inabsorbibles por el intestino humano y no tienen ningún beneficio nutritivo para el bebé.

El enigma

La leche materna sí tiene azúcar pero simple o monosacárida: la lactosa o azúcar de leche (glucosa + galactosa, en la imagen). La presencia de oligosacáridos -moléculas constituidas por la unión de 2 a 9 monosacáridos- era intrigante.
La leche materna sí tiene azúcar pero simple o monosacárida: la lactosa o azúcar de leche (glucosa + galactosa, en la imagen). La presencia de oligosacáridos -moléculas constituidas por la unión de 2 a 9 monosacáridos- era intrigante.Getty Images

Bruce German y su equipo se propusieron resolver ese rompecabezas de larga data y descubrir por qué la madre produce grandes cantidades de estas moléculas.

«La idea que nos inspiró fue que si esas moléculas no alimentaban al bebé, debían alimentar otra cosa: bacterias», explica German.

Así que aislaron unos oligosacáridos y se los entregaron a David Mills, un microbiólogo mundialmente famoso.

«Él trató con bacteria tras bacteria hasta que por fin encontró una que crecía en ellos».

Era bifidobacterium infantis la única bacteria que puede alimentarse de los oligosacáridos de la leche humana.

Dedujeron que la razón por la que esas moléculas indigeribles estuvieran en la leche era para que la bacteria pudiera crecer y florecer.

¿Por qué?

Ponte en su lugar.
Ponte en su lugar.Getty Images

Ponte en los zapatos -o bueno, las boticas- de un recién nacido.

Estuviste en un ambiente estéril y protegido, y de repente saliste a este sucio mundo.

Empezaste a adquirir bacterias de tu entorno que desde entonces y por el resto de tu vida te cubrirían por dentro y por fuera.

El intestino delgado es particularmente susceptible a las bacterias infecciosas patogénicas.

Así que en virtud de que esta bacteria florece en esos oligosacáridos, el intestino delgado se llena de Bifidobacterium infantis, cubre el intestino del bebé e impide que cualquier patógeno crezca.

Las madres literalmente reclutan otra forma de vida para que cuide a sus bebés.

Bien dicen que las madres hacen todo por sus hijos, y no todo es color de rosa: si es necesario reclutar bacterias, pues que así sea.
Bien dicen que las madres hacen todo por sus hijos, y no todo es color de rosa: si es necesario reclutar bacterias, pues que así sea.Getty Images

Fue así como este equipo de investigadores desveló el enigma de la presencia de oligosacáridos en la leche materna.

Un secreto útil

En la unidad neonatal de Sacramento, en California, EE.UU., los doctores están probando un nuevo tratamiento para ayudar a los bebés prematuros.

Uno de los más grandes desafíos que enfrentan los bebés que nacen demasiado pronto es lograr que las bacterias adecuadas colonicen sus intestinos.

De no ser así, corren el riesgo de desarrollar una grave infección intestinal llamada enterocolitis necrotizante o necrosante.

Si sus tejidos intestinales se infectan, pueden desarrollar huecos en las paredes de los intestinos, lo cual puede llegar a ser fatal.

Es por eso que los doctores empezaron a alimentarlos con una mezcla de la leche de sus madres y Bifidobacterium infantis.

Encontraron que el número de bacterias que podían medir en las muestras de excremento de los bebés se elevó.

Ahora ya hay evidencia acumulada de que la bacteria puede prevenir la enterocolitis necrotizante.

La evidencia muestra que su vida está mejor protegida si ingiere Bifidobacterium infantis.
La evidencia muestra que su vida está mejor protegida si ingiere Bifidobacterium infantis.Getty Images

Nuestro, único y esencial

El avance científico de Bruce German y su equipo está liderando el camino en nuestra comprensión sobre cómo las bacterias beneficiosas nos pueden ayudar a crecer.

Hay una comunidad diversa de microbios que viven con cada uno de nosotros. Hasta tiene nombre: microbioma.

A medida que crecemos, crece con nosotros: la comida que comemos, los lugares que visitamos, la gente con la interactuamos, cada nueva experiencia modifica nuestro microbioma.

Es tan individual como nuestras huellas digitales.

Tenemos miles de especies de bacterias viviendo en nuestra piel.

En cada centímetro cuadrado podemos tenermás de un millón de bacterias individuales.

Y en algunos lugares, aún más.

Un estudio identificó más de mil especies de bacterias que hasta entonces desconocidas para la ciencia sencillamente tomando muestras de los ombligosde la gente.

Empezamos a crear nuestro microbioma desde que nacemos.
Empezamos a crear nuestro microbioma desde que nacemos.Getty Images

Esos billones de bacterias con las que convivimos no son parásitos.

Hay estudios que muestran que un desequilibrio en tu bacteria intestinal puede tener un enorme efecto en el funcionamiento de nuestros cuerpos.

La obesidad, la presión arterial alta y enfermedades cardíacas han sido vinculadas con microbiomas deficientes.

Es posible que hasta afecten nuestro estado de ánimo, causando depresión.

Así que un microbioma sano es esencial, desde la cuna.

Todo lo que necesita se lo da la madre.
Todo lo que necesita se lo da la madre.Getty Images

Fuente: http://www.t13.cl/noticia/tendencias/bbc/el-misterio-de-la-leche-materna-por-que-contiene-una-enorme-cantidad-de-un-azucar-que-los-bebes-no-pueden-digerir

Familia Penquista desarrolla primer probiótico Chileno y anuncia su comercialización

Suplemento en base a Leche Materna Humana

Producto está indicado para salud gastrointestinal, favorece la digestión o degradación de algunos componentes de los alimentos, mejorando su asimilación, permitiendo el equilibrio del sistema digestivo.

Otro importante hito para la empresa familiar penquista Wellness Technologies fue el lanzamiento hace unos días, de su primer probiótico chileno, en base a cepas de leche materna, ad portas de iniciar su proceso de comercialización.

Este es un proyecto que evidencia lo que el conocimiento y la capacidad del capital humano local son capaces de desarrollar, generando productos y servicios de alta tecnología de la mano en este caso, de la Universidad de Concepción junto con el apoyo financiero del Estado a través de Corfo; una triada virtuosa que hoy muestra sus frutos tras 10 años de trabajo e investigación científica.

Se trata de Lacte 5, el primer probiótico de una serie de productos de la misma línea creado por Wellness Technologies.

La ideóloga y fundadora de la empresa, María Loreto Ormeño, comentó que terminaron ya toda la fase de investigación dura. «Solo nos falta una acreditación que estamos haciendo en España a contar de enero de 2018 que es la validación de la eficacia de un nuevo prototipo para enfermos de cáncer, el Lacte 8. Es otro producto basado en la misma cepa y que tiene la protección intelectual del proyecto original».

EMPRESA-UNIVERSIDAD

Ella, comenzó la historia en 2010, solicitando el apoyo biotecnológico de investigadores de la Universidad de Concepción, para estudiar el comportamiento de la cepa probiótica LPM01. Los buenos resultados obtenidos en aquella primera etapa, abrieron las puertas para continuar la investigación y así comprobar sus efectos en pacientes bajo tratamiento de quimioterapia, lo que concluyó en una solicitud de patente en Chile, la Unión Europea, Canadá y Estados Unidos, donde tanto la emprendedora como la UdeC comparten la propiedad intelectual en partes iguales.

Detalló que Lacte 5 se adelantó a la salida del producto para los inmuno deprimidos fue por las exigentes regulaciones que hay y que obligan a evidenciar, publicar y generar una serie de información científica que es precisamente lo que se está haciendo y que continuará en enero con esta prueba en ensayo. «Lacte 5 sale porque la cepa, desde el punto de vista generalista que es la autorización, permite ser comercializada como probiótico no solo en Chile sino que a nivel mundial», precisó.

María Loreto Ormeño, recordó que en España «tuvimos la suerte de encontrar unos partners espectaculares que compartieron con nosotros sin ningún egoísmo sus conocimientos, nos apoyaron, son nuestros reproductores de cepas, por tanto son ellos los que hoy hacen posible que podamos fabricar Lacte 5». Se trata del Laboratorio Biopolis de España.

Estas cepas, o bacteria, se aísla de la leche materna pero después hay que reproducirla, proceso que se realiza en el laboratorio Biopolis (España) donde finalmente se transforma en un polvo viable para ser encapsulado o envasado para su posterior comercialización.

Christian Pierart, gerente Comercial de Wellness Technologies, y marido de María Loreto, dijo que la primera producción son 5 mil frascos de 30 cápsulas cada uno para el primer periodo que son dos meses, como etapa inicial. Estarán disponibles entre el 15 y el 20 de octubre, con un valor de $15 mil y se podrá adquirir a través del carrito de compras que se activó en la página www. Wellnesstechnologies.cl.

Adelantó, que además del Lacte 8, se vienen nuevos productos asociados a los grupos etarios. Hay un producto en pleno desarrollo que es un lubricante íntimo y, en paralelo, el Lacte 5 infantil, que cumple con recuperar la microbiota y aporta con vitaminas al desarrollo del niño en la etapa de 6 meses a los 8 años.

Consultado el asesor científico de Wellness Technologies, el químico farmacéutico, Marcelo Acevedo, sobre la seguridad que ofrece este producto, explicó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO exigen unos requisitos fundamentales para la evaluación de bacterias probióticas, particularmente del género lactobacilos, bífido bacterias y dentro de las exigencias están el que no produzcan sustancias nocivas para la salud.

Recordó que se hizo un ensayo en ratas para ver si generaba alguna enfermedad o mortalidad, lo que se descartó, por tanto, «eso nos da una tremenda seguridad para poder consumirlo. Asimismo, se estudia la secuenciación del genoma que es la información genética que tienen las bacterias, y se vio que no hay ningún factor que produzca virulencia o alguna patología. El otro factor, que también se descartó, es que pueda ser transmisible de la resistencia antibiótica.

El profesional, agregó que estos son microorganismos vivos que cuando son suministrados en cantidades adecuadas promueven beneficios en la salud del organismo hospedador y permiten, por ejemplo, prevenir enfermedades intestinales, diarreas, colitis, enfermedades autoinmunes, alergias, atópicos, inflamación intestina hasta el cáncer de colon.

 

 

Fuente: http://www.elsur.cl/impresa/2017/10/04/full/cuerpo-principal/12/

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